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Así es un partido de fútbol en Corea del Norte

Una de las ventajas que ofrece la práctica del deporte a nivel competitivo es viajar y conocer otras culturas. Gentes, lugares y tradiciones que de otra forma difícilmente hubieses conocido. Atrás quedaron mis primeros años de jugador en el futbol base del Barça, con recuerdos impactantes como el de jugar la Final Infantil del Torneo de San Gabriel, allá en los 80, contra la escuela de Futbol Boliviana del Tauhichi, famosos por salir al campo masticando…hojas de coca! Al menos eso se decía entonces. Será verdad o no, será lo sugestionados que estábamos todos, pero el caso es que efectivamente salieron a jugar masticando algo, les tocó sacar de centro y…sin que llegáramos a darle al balón ¡marcaron en esa primera jugada!. Al final les empatamos ya en la segunda mitad, y conseguimos ganar en los penaltis el torneo.

EXPERIENCIA CON RIJKAARD

Pero aún, tantos años después, recuerdo lo impresionados que estábamos todos por jugar contra chavales tan distintos y con hábitos tan diferentes. Tras estos primeros Torneos Internacionales como jugador, la vida me ha llevado a desarrollar mi carrera como entrenador en escenarios muy lejanos y con competiciones que nunca imaginé disputar. Con la Arabia de Frank Rijkaard tuvimos que jugarnos el pase al Mundial de Brasil en un emocionante partido en Australia (2012), y con El Salvador de Albert Roca, llegamos a la Fase de Grupos para clasificar al Mundial de Rusia debiendo superar antes una eliminatoria a doble partido contra la exótica isla caribeña de Saint Kitts and Nevis (2014).

La temporada pasada, ya en nuestra etapa en el Bengaluru FC de la India, nos tocó viajar a otras islas espectaculares, las Maldivas, para jugar partido de la Copa Asiática de Clubs. Pero quizás es ahora cuando me ha tocado vivir la experiencia más extraña y fuera de lo común como profesional del fútbol, con nuestro viaje al régimen militar de Kim Jong Un para jugar las semifinales de la presente edición de la AFC Cup contra el April 4.25 SC de Pyongyang.

SIN RESPUESTA A LOS MAILS

Desde que supimos que este era nuestro contrincante, empezamos a notar lo complicado que sería el desplazamiento hasta allí y poder celebrar el partido en condiciones normales. Los mails oficiales que enviaba nuestro club solicitando hotel y campos de entrenamiento nunca eran respondidos. Los visados costaron horrores de conseguir, y en el caso de algún jugador parecía que no iban a llegar nunca. Tan solo dos vuelos llegan a la semana vía Pekín, y escogimos volar el jueves anterior al partido del miércoles, para aclimatarnos a las condiciones del lugar y contrarrestar el jet-lag producido por la diferencia horaria y el largo viaje.

La sorpresa fue cuando el club rival nos “invitó” a no hacerlo, argumentando que se estaban preparando los actos para el 69 Aniversario de la creación del Estado de la República Popular de Corea del Norte (el próximo 10 de Octubre), y que por ello no podían ofrecernos lugar alguno para entrenar durante ese tiempo. Al final, viendo que realmente no podríamos tener unas mínimas condiciones de trabajo en el país, decidimos viajar en el otro vuelo semanal que enlaza Pekín y Pyongyang, el del lunes, a tan solo 48 horas de la disputa del partido.

ESTRICTO CONTROL A LA LLEGADA

Las sensaciones tan solo aterrizar en el país son muy extrañas. No hay aviones en la pista, no hay movimiento de coches ni de autobuses en el aeropuerto, fuera se distingue un enorme parking vacío, y tan solo se ven trabajadores impecablemente uniformados en su lugar de trabajo (bares, tiendas duty free, policías en el control de scanner)…pero sin nadie a quien atender.

Todos y cada uno de nosotros tuvimos que abrir nuestras maletas y mostrarles lo que había dentro. Se llevaron libros, ordenadores y móviles a un despacho y allí cada uno de nosotros debió encender el suyo y dárselo a tres oficiales que lo revisaban por espacio de un par de minutos. Miraban que tipo de documentos teníamos, que fotos y videos estaban guardados en la memoria. No pareció un control muy exhaustivo, pero más de un jugador sufrió por lo que podían encontrar en sus terminales telefónicos.

Un total de 18 maletas no llegaron con nosotros. El enlace Bombay-Pekín era solo de 2 horas, y allí se quedó la mitad de nuestro equipaje. A la mañana siguiente tuvimos que entrenar con balones prestados, ropa prestada y algunos jugadores se dejaron las botas entre ellos, ya que en Corea no hay tiendas disponibles para comprar calzado deportivo de última gama. Temimos tener que jugar el partido oficial con camisetas igualmente prestadas por el otro equipo, pero finalmente un avión de transporte cargo trajo las bolsas que faltaban 22 horas antes del inicio del encuentro.

LA CÍVICA PYONGYANG

Nos impresionaron algunas cosas de la ciudad solo llegar a ella. Está tremendamente limpia y ordenada. Se respira tranquilidad y armonía. La gente, mayoritariamente a pie o en bicicleta, va a un ritmo tranquilo por las amplias avenidas, sin levantar la voz, vestidos con corrección y respetando las zonas de paso, bajándose de la bicicleta si tienen que cruzar la calle, siempre por el paso de peatones pese a que apenas hay tráfico (tan solo autobuses, algún taxi y tranvías; se ven muy pocos automóviles). En cada esquina hay un agente de tráfico (la mayoría mujeres) en actitud marcial y debidamente uniformados. Es gracioso porqué por las noches se encienden un chaleco parpadeante de bombillas de color rojo que recuerda a los disfraces de Elvis Presley que pueden verse en Las Vegas.

Existen un montón de edificios altos en el centro de la ciudad, algunos muy nuevos, pero por la noche apenas ves que haya luces encendidas en su interior. Pareciera que están vacíos o que son usados como oficinas tan solo durante el día, porqué al caer la oscuridad no se adivina vida en su interior.

SIN POBREZA APARENTE

Por lo que hace a la gente, resulta muy amable y amistosa desde el primer momento. Aseados y elegantes en su estilo de vestir. Tanto la persona que el club rival nos pone a cargo, como el personal del hotel, todo el mundo muestra una agradable sonrisa e intenta interactuar pese a las dificultades del idioma. No ves pobreza por ningún lado, no ves tristeza en sus caras, no tienes en ningún momento sensación de que haya gente pasándolo mal en este país.

En el hotel, caro y exclusivo, pero con detalles y decoraciones muy austeras, permiten pagar con dólares o euros. El cambio te lo dan en Yuanes chinos. Existe moneda local, pero no la vimos; parece ser que vigilan especialmente que no puedas llevártela del país. Puedes comprar bebidas internacionales, vino de La Rioja, cognac francés, cerveza holandesa. Aunque no ves clientes. Apenas 10 o 12 extranjeros más en el Hotel a parte de nuestra delegación.

En la recepción hay un quiosco en el que tienes un montón de pequeños libros sobre el Régimen coreano, la política Songun y la doctrina Juche. Se encuentran traducidos al inglés, francés, alemán y español. Compro un ejemplar sobre anécdotas de la vida de Kim Jong Il (padre del actual mandatario), y otro llamado “Política Songun de Corea”. La introducción la define como “un método de orientación revolucionario, nueva forma de política socialista, que antepone los asuntos militares a todos los demás del Estado, y que apoyándose en el espíritu revolucionario y la combatividad del Ejercito Popular, defiende a la patria, la revolución y el socialismo, y acelera enérgicamente la construcción socialista en su conjunto.”

ORGULLO MILITAR

Son pequeños manuales propagandísticos de unas 50 páginas. Publicidad oficial sobre el Régimen y sus Líderes. Por lo que puedo entender, la “idea Sogun” defiende que tras más de 5000 años de Historia como pueblo, y haber sido invadidos y dominados durante siglos, su estrategía actual consiste en armarse hasta los dientes y mostrar su potencial militar al mundo para así evitar ser atacados. Protegerse amenazando. Ah! Y también que les devuelvan Corea del Sur.

Igualmente venden unas espectaculares postales para mandar por correo ordinario, llenas de dibujos de material bélico, de bombas explotando, o de soldados americanos sufriendo las torturas del ejército coreano. Mandé varias a casa. Será curioso comprobar si llegan.

En la televisión del hotel se emiten únicamente cuatro canales. Al Jazeera da noticias internacionales (pudimos ver imágenes de la celebración de la Diada desde Barcelona), un canal de música local, casi siempre con repertorio clásico, otro de magazines y entrevistas, y un último que muestra durante todo el día imágenes del líder coreano celebrando mítines y acudiendo a actos. Todo el mundo tiene palabras de respeto y admiración cuando le preguntas sobre Kim Jong Un. Y sobre la vida en el país. Los coreanos parecen sinceramente agradecidos con sus mandatarios y su manera de vivir, y muestran con orgullo su ciudad, su comida y sus costumbres. Eso sí, apenas dejan fotografiar nada. Hicimos un tour por la ciudad al día siguiente del encuentro y nos decían amablemente lo que se podía retratar y lo que no.

BUEN NIVEL FUTBOLÍSTICO

Por lo que hace al partido en sí, llevábamos una amplía ventaja de la ida (3 a 0), pero no nos fiamos de lo que pueda pasar. Tuvimos un primer partido en el que nuestros jugadores supieron leer muy bien los distintos momentos del juego, pero los coreanos demostraron ser un buen rival y se impusieron en algunas fases, sobretodo hasta que conseguimos avanzarnos de penalti alrededor de la media hora de juego.

Más tarde, un segundo gol al inicio de la segunda mitad, y otro más en los minutos finales, nos permitieron éste buen colchón y la ventaja añadida de no haber encajado en casa por lo del valor doble en caso de empate. El resultado es ilusionante, pero preparamos el partido a conciencia porqué el April 4.25 SC, con 7 titulares de la Selección y varios ex-Mundialistas (Sudáfrica 2010, perdieron tan solo 2 a 1 contra el anfitrión) en sus filas, nos impresionó gratamente en los 3 partidos que les hemos estudiado.

Además, tememos que pueda pasar cualquier cosa extraña durante el juego. En la anterior eliminatoria, los de Pyongyang pasaron ronda gracias a un gol en el minuto…98! Otro dato preocupante; el árbitro elegido es de la República Popular China. País vecino. Y junto a Rusia, de los pocos países considerados “amigos” con el Régimen comunista de Kim Jong Un. Lo cierto es que nos pitan un penalti en contra y nos amonestan a dos jugadores. Pero nuestro portero está sensacional, y además de atajar la pena máxima, evita otros 2 goles claros en sendas paradas a bocajarro. El rival juega un buen partido, incluso estrella un balón en el travesaño, pero conseguimos mantener la puerta a cero y pasar por tanto a la Final de la Zona Este de la AFC Cup 2017.

SILBIDOS AL ENTRENADOR

El Estadio para el partido es espectacular. Capacidad para 80.000 personas, fotos de los Líderes presidiendo la Tribuna principal, diseño moderno y elegante. Al encuentro llegan unos 10.000 espectadores. Animan con ilusión desde el principio, cantando canciones preparadas. Muchos son niños invitados de distintas escuelas, todos vestidos igual y ocupando su parcela en la grada. Conforme el partido sigue 0 a 0 y el técnico local cambia al máximo goleador de la competición por otro jugador, se oyen silbidos criticando la sustitución. Aquí también se critica al entrenador. Como en todos lados, vaya.

Será la cuarta final que disputamos en 10 meses. Tras ganar la Final de la Copa de la India 2017 y la Final de la Zona Este de la AFC Cup 2016, vamos ilusionados a intentar conseguir nuestro tercer Título contra el Istilkol de Tajikistan. Sería un gran logro para el Fútbol Indio, que nunca aún se había presentado en ninguna final continental en sus más de 120 años de historia, pero que de la mano de Albert Roca y de la mía, lleva 2 temporadas seguidas de alegrías a nivel internacional, alcanzado hasta la última ronda en la que se conoce como la segunda competición más importante de clubes a nivel asiático, considerada como la Europa League de este continente.

VINO DE BURDEOS

Debemos quedarnos 2 noches más en Pyongyang porqué no hay vuelo a Pekí

n hasta el viernes. Aprovechamos para entrenar, ver un poco de la ciudad en visita guiada con el autobús, y comer todos juntos en un restaurante típico coreano. Pedimos vino pensando que no tendrán, y nos sirven una botella de Burdeos. El embargo comercial parece ser que no ha afectado a la importación de buenos vinos.

Estas líneas llegarán con algo de retraso; al no haber apenas internet disponible en el país, ni hemos podido comunicarnos con familiares ni amigos en estos 5 días, ni este artículo podrá ser enviado hasta que lleguemos de nuevo a Pekín, en nuestra escala de vuelta a casa. Buen resultado y enriquecedora experiencia la vivida en este inaudito viaje. Abandonamos Corea el viernes al mediodía. Justo antes de partir, Al Jazeera anuncia que Kim Jong Un ha lanzado un mísil sobre Japón. Y que Corea del Sur ha respondido. Aquí, en el Aeropuerto de Pyongyang, todos nos despiden con una agradable sonrisa y nos invitan a visitarlos pronto. Según nos dicen, la idea es abrirse al turismo en los próximos años.

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